También cambié de compañeros, aquellos que me acompañaron en las buenas jornadas de trucha se apuntaron con el nuevo Patrón: Oscar, Borje y alguno más, hasta Ezequiel se apuntó alguna vez por no salir él solo con la suya. Con ésta me podía desplazar más lejos pero siempre con la precaución debida porque el mar es muy traicionero, puedes salir un buen día de sol y de buenas a primeras cambiar el viento y fastidiar la jornada e incluso ponerte en peligro. Al ser más grande los veranos salíamos más con la familia a las calas cercanas y pasábamos todo el día nosotros y la familia de Madrid, hasta nos llevábamos los trastos para hacernos la comida. Fueron días grandiosos e inolvidables. A partir de diciembre y hasta mediados de enero era la temporada del calamar, salíamos casi cada tarde, la mejor hora era al anochecer, para hacer tiempo dábamos unas cuantas vueltas pescando al arrastre con 4 cañas y un pececito artificial como cebo, en esa época solía picar el verderol o silviola que es el mismo pero más adulto y por lo tanto más grande. Verderoles cogíamos bastantes pero silviolas tan solo una he tenido la suerte de enganchar en mi señuelo, había que salir más lejos para lograrlo y como he dicho yo tenía la sana costumbre de no alejarme más de 3 millas de la costa.

Hermosos verderoles de medio kilito que guisados con pimientos y patatas fritas están de rechupete.

La silviola tambien es conocida como pez limón, nace hacia el mes de agosto y al año las puedes encontrar de más de 20 kg. Es muy voraz, pescado blanco y muy sabroso. Después de dar unas cuantas vueltas probando la silviola y el verderol, nos dirigíamos al lugar donde se pescaban los calamares, muy apreciados por estos mares y pescados con potera resultaban una delicia, en esta zona es muy típico prepararlos por Navidad, rellenos de sus patas y marisco, son deliciosos. Calamar del tamaño adecuado Potera

Ya hacía varias semanas de mi destino al 801 Escuadrón de F.F.A.A. (SAR), tenia complicado el tema de amarre y además mucho menos tiempo para salir a pescar, un día aparentemente bueno salí con la intención de poner los palangres y pasar unas horas pescando con la caña en la orilla, me fui cerca, de un lugar conocido como La Illeta