viernes, 20 de noviembre de 2015





En una ocasión vimos a lo lejos un bulto en mitad de la carretera, paramos y nos dimos cuenta de que se trataba de un burro muerto, a su lado yacía el dueño también sin vida.

Nos acojonamos pero sin mediar palabra nos metimos en el coche continuando nuestro camino sin meternos en problemas.

Teníamos que atravesar el pueblo para llegar al lugar de pesca y a la entrada había un bar regentado por dos viejecitas que apenas ni sabían hacer cuentas pues cada vez nos cobraban una cantidad distinta habiendo tomado lo mismo, nosotros de cachondeo denominamos a aquel lugar “El puticlub”, el café que servían era de puchero y posiblemente colado con un calcetín o una media, era muy barato, siempre lo acompañábamos con una copita de anis o coñac para entonarnos.

Llegábamos muy temprano al sitio de pesca, cerca de donde dejábamos el coche vivía el guarda que nos cobraba el tiket del coto, no recuerdo pero era muy barato, el guarda aparecía cuando menos lo esperábamos y a veces ni iba, ese día nos salía gratis

La pesca se nos daba regular pero regresábamos contentos de haber pasado un buen día, como señuelo utilizábamos patata cocida; un buen día vimos a otro pescador cerca de nosotros que no paraba de sacar carpas del agua con sus aparejos iguales a los nuestros, se estaba poniendo “morao” disfrutando como un enano pescando gran cantidad de carpas de buen tamaño, le preguntamos que utilizaba como cebo y nos respondió que lo mismo que nosotros, patata cocida, cosa que yo mismo pude comprobar al mirar en su zurrón y vi que efectivamente había trozos de patata igual a los nuestros, no obstante me quedé muy mosca, hasta tal punto que a escondidas le observe y vi con gran asombro que su cebo eran churros, sí churros de los que se compran en las churrarías para tomar con chocolate o café con leche. Que cabrón¡¡¡¡, no nos quiso desvelar su secreto. Le pusimos verde aunque fuimos precavidos y no se ganó una paliza pues observamos que era un pobre inválido cojo y nos daba cargo de conciencia pero nuestra bronca bien que se la llevó, 
nunca más le volvimos a ver por allí.









El embalse de Alarcón situado en la provincia de Cuenca, es atravesado por la autovía Madrid Valencia, el recorrido era largo pero cómodo

En este embalse había mucha fauna acuática, desde el lucio, barbo, todas las especies de carpa, blackbass y hasta trucha arco iris y común se han pescado aquí, ejemplares de buen tamaño se han llevado algunos pescadores como trofeos, particularmente nosotros siempre practicábamos la pesca de la carpa royal y la más grande capturada por nosotros no pasó de los diez kilos pero era muy bonita, con sus escamas brillantes como espejos.

Aquel día hizo mucho calor y pasamos mucha sed, aunque todo lo que se veía a nuestro frente era agua y más agua, no nos atrevíamos a beber por su aspecto algo turbio, podía estar contaminada y nos daba repelús, a eso de las cinco de la tarde dijimos que ya no aguantábamos más y recogimos los trastos, los metimos en el coche y pusimos rumbo a nuestra casa pero mira por donde y que grande es la casualidad que justo a la salida del embalse para tomar la carretera de Madrid, nos topamos con un chiringuito y pensamos que se nos había aparecido la Virgen, entramos y le pedimos al dueño o barman que nos sirviera cañas de cerveza sin parar hasta hartarnos, no llevé la cuenta pero creo que nos bebimos más de 15 cada uno, saciados y apaciguada nuestra sed nos metimos en el coche y pusimos rumbo a casa. Entonces no había trompetas de la G. C. para soplar y aunque bastante alegres llegamos sin novedad.

A este embalse fuimos muchas veces sobretodo en verano época de carpas, recuerdo una tarde tan calurosa como la narrada anteriormente aunque esta vez nos pilló prevenidos pues llevamos un gran termo con agua bien fresquita, además estábamos situados a sombra de un puente, frente a nosotros a la otra orilla del embalse había un grupo de pescadores, uno muy charlatán al que se le podía casi entender todo lo que murmuraba, yo comencé una de mis bromas habituales que trataba de gritar con todas mis fuerzas OIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIGA¡¡¡¡¡¡¡, nadie respondía a mi habitual OIIIIIIIIIIIIIIGA¡¡¡¡¡ que repetía de vez en cuando, hasta que en un momento dado, el charlatán dijo: QUE COÑO PASA CON TANTO OIGA, entonces yo le respodí:

PICAN, PICAN???? a lo que él con sarcasmo respondió: SIIIIIIIIIIIIII, LAS PUTAS MOSCAS QUE ME ESTÁN ACRIBILLANDO; los grupos de ambos lados proferimos en sonoras carcajadas, poco tiempo después terminamos todos en el bar atiforrándonos de la rica cerveza que nos servía el amable tabernero.

En otra ocasión y en el mismo lugar a eso de las 12 del mediodía aparece una pareja de la Guardia Civil, buenos días, buenos días respondimos amablemente, a continuación el cabo nos pide las licencias de pesca que mostramos de inmediato y nos preguntan ¿han pescado algo? Todo esto con bastante chulería y autoridad, mi compañero Luque entonces Brigada del Ejército del Aire, les responde, sí hemos pescado pero antes de mostrarles nuestra pesca han de enseñarnos su documentación para nosotros saber que efectivamente son lo que aparentan, al mismo tiempo que mi compañero le mostraba la suya donde se veía claramente su grado de Brigada, cuando ellos nos mostraron la suya sin inmutarse (lógico y normal es que demostraran algún respeto hacia el Brigada pero no lo hicieron), entonces mi compañero les dijo con voz muy alta y grave PÓNGANSE FIRMES ANTE UN SUPERIOR¡¡¡¡¡¡¡ Y EN POSICIÓN DE SALUDO¡¡¡¡¡¡¡ a lo que ellos sin mediar palabra obedecieron inmediatamente. Era cómico ver a la pareja de la G. C. colocados en la posición de firmes y saludando en la pendiente ladera que parecía se iban a resbalar en cualquier momento. Entonces mi compañero les mostró las carpas que guardábamos en la red y diciéndoles, si quieren pueden medirlas, todas miden más de los 20 cm. Reglamentarios y muy cierto era porque la más pequeña podría medir más de 40.

Mi amigo “el Brigada” Luque les dijo: pueden marcharse y no vuelvan a abusar de su autoridad.

Algunas veces al terminar la jornada y si no era muy tarde nos pasábamos por Tarancón, en vez de ir por la carretera de circunvalación nos metíamos al centro directamente hacia un bar donde servían productos del cordero, las mollejas, los sesos al ajillo y las chuletitas estaban de muerte, vamos pa chuparse los dedos, cada vez pedíamos una ración de estos apetitosos aperitivos siempre acompañado con cerveza que era nuestra bebida favorita, a veces si nos quedábamos con hambre hasta tomábamos las tres raciones, los sesos estaban delicioso y era lo que más pedíamos, una vez mi amigo comenzó a comerlos el primer bocado y me comentó: coño, están fríos, yo sin más agarré el tenedor bien repleto y me lo llevé a la boca sin pensármelo dos veces, los jodidos sesos estaban ardiendo, mi amigo se aguantó al primer bocado para poder así gastarme la broma a la que yo piqué inocentemente, CACHO CABRÓN¡¡¡¡¡ tu has picado y me has hecho picar, ambos irrumpimos en sonoras carcajadas.

Nada malo puedo decir de mi buen amigo y compañero Luque, el pobre falleció a los 67 años de un infarto que mucho sentí ya estando jubilado pero no antes de haber vivido muchas más aventuras cuando nos unimos a otra peña que pertenecía al suegro de otro compañero de la milicia. Le llamábamos el “capi” de capicua porque su nombre era MARTIN MARTIN MARTIN, cariñosamente le llamábamos “Martinillo” su suegro, era fontanero, se llamaba Salustiano pero le llamábamos Salus, era un gran pescador, no se le resistía nada, le encantaba el buen vino el que sabía distinguir muy bien, su añada y hasta el lugar de su procedencia, él lo denominaba “caldo”, a veces después del primer trago solía decir, BUEN CALDO¡¡¡¡, extremeño, catalán o de donde fuera, por aquella zona solía ser manchego y casi siempre conocía la bodega donde había sido criado.

Salus como familiarmente le llamábamos era un excelente pescador, muy refinado, experto y conocía muchos y buenos lugares de pesca, con él he ido por todos estos alrededores, ríos, embalses y pantanos hemos visitado juntos con buenas capturas, hasta en una ocasión nos desplazamos a Segovia a pescar Blackbass en el río Duratón y no solo fuimos por el interés en la pesca sino para degustar el exquisito cordero asado que horneaban en casa de un tío mio.

El horno está en la Villa de Turégano donde nos alojamos un par de días para ir a pescar a distintos ríos: Duratón, Cega y Pirón, sobretodo comer el rico cordero asado famoso en toda la provincia, dicen que el archiconocido Cándido el Mesonero de Segovia cuando tenía que invitar a comer cordero a algún amigo o personaje importante siempre iba a “Casa Holgueras Horno de Asar”, lo preparaban mejor que en su propio mesón.



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Asado en cazuela de barro y servido en el mismo recipiente estaba exquisito, algunos podían con la ración entera, no eran corderos grandes, lechales de 7 a 8 kg.




Cada año en verano íbamos la familia a pasarlo al pueblo por donde discurría un pequeño riachuelo que se criaban muchos cangrejos y un pequeño ciprinido conocido como bermejuela, muy apto para la pesca con pez vivo, estaba muy rico fritito como los boquerones pues tenia ese tamaño más o menos.

Yo las pescaba con caña y aparejo con 4 anzuelos muy pequeños por lo que en ocasiones salían de 4 en 4, era muy sabrosa fritita y muy apta para la pesca a pez vivo






Nunca me echaba la siesta por ser un lugar de poco calor, lo dedicaba a la pesca y muchas veces para no alejarme de casa lo hacía en el pequeño riachuelo que pasaba a menos de 100 m. la mayor parte de las veces llenaba el zurrón 3 o 4 kg. Que allí mismo limpiaba y después mi suegra hacía una gran fritanga.
En otro río muy cerca de allí, el Pirón había truchas y cachos, el cacho es parecido a la bermejuela pero de mayor tamaño, algunos de 200 gm. caían en mis anzuelos, solía poner de cebo la larva de la libélula a lo que picaban con mucha facilidad, tanto el cacho como la bermejuela. También resultaba un excelente señuelo para la trucha.




Cuando iba de vacaciones al pueblo me solía juntar a un buen colega maestro de escuela, que también en ocasiones organizábamos pesquerías por la zona con compañeros suyos también maestros, solíamos ir al nacimiento del Pirón (Pironcillo) donde se pescaba alguna trucha de regular tamaño, también solíamos ir al embalse de San Miguel cerca de Cantalejo donde había mucho blackbass, cachos y tencas.







  Cabañas de Polendos nuestro lugar de veraneo por ser los abuelos de allí no faltaba ningún verano que no lo pasáramos con ellos, los niños eran pequeños, jugaban en el rio y se lo pasaban pipa, nos solíamos juntar unas 30 familias entre residentes y veraneantes, en invierno no había más de 5 familias permanentes,
Los veranos eran muy aburridos por lo que nos teníamos que buscar mil artimañas para pasarlo bien, una de ellas era colocar trampas para conejos con lazos por la noche, ir a cangrejos y a desvalijar colmenas de rica miel, todo resultaba muy divertido pues encontrar un conejo atrapado allá donde colocaste el lazo era emocionante o pescar con luz de linterna un cubo hasta los topes lleno de cangrejos que al día siguiente se cocinaban en alguna de nuestras casas y estaban buenísimos; robar la miel a las abejas por la noche era fácil pero un tanto peligroso pues había que quemar estopa alrededor de la colmena, ellas salían ahuyentadas por el humo, entonces es cuando se aprovechaba para sacar los panales y vaciarlos, mmmmmmmmmm hasta 20 kg. Llegamos a recolectar en una sola noche y más de un picotázo algunos atrevidos.
Cuando no tenía acompañante solía ir a un rincón del Tajo cerca de casa sobretodo en invierno y primavera, era un lugar muy agradable y cerca de la carretera por lo que podía dejar el coche a mi vista, como casi siempre preparaba dos cañas con sus respectivos aparejos y su pececito vivo pinchado de la espina dorsal, algunos ya mostraban más de un pinchazo pero aguantaban



Normalmente colocaba un cascabel en cada caña para que me avisara cuando picaba o mordía el cebo, así yo me recostaba sobre la ladera tomando tranquilamente el sol.
Una de estas tardes apareció por allí una pareja de la G. C. con su Sargento al mando <buenas tardes, buenas tardes respondí yo>. ¿Documentación? pregunta el Sargento, yo sin mediar más palabras les muestro mi licencia de pesca y mi reciente carné de Brigada, el Sargento nada más verlo me dice: A sus órdenes mi brigada ¿Ha notado algo raro por aquí? Yo le respondí que no, que llevaba desde las 14:30 después de comer hasta ahora que eran las 7 aproximadamente y me dice: haga el favor de sacar las cañas del agua, al tiempo que uno de los G.C decía, sí, es aquí seguro, el que me lo ha dicho lo ha confirmado y el sitio es este sin duda alguna. Yo saco las cañas sin dudarlo mientras uno de los Guardias va a su vehículo y lo veo regresar con un gancho en la mano, un gancho conocido por los pescadores por bichero, son esos que se utilizan para sacar piezas grandes del agua. Uno de los guardias comienza a rastrear el fondo con el gancho, al rato y haciendo un movimiento algo brusco con el gancho dijo: algo he tocado, algo hay ahí en el fondo y poco después vemos como aparecía la rueda de una pequeña moto con el resto a continuación, el guardia sigue tanteando con el bichero hasta dar con algo que a los pocos minutos extrajo y se trataba de un hombre ahogado. Yo después de lo visto le pedí permiso al sargento para ausentarme a lo que no puso ninguna oposición sin antes tomarme los datos por si me necesitaban para declarar o lo que fuera necesario, me metí en mi coche y salí pitando de allí a donde nunca más regresé porque a los pocos días me destinaron al EVA 7 (Sóller, Mallorca). Más tarde supe que el pobre desgraciado fue atropellado por un camión y el conductor para no meterse en problemas arrojó al agua
al hombre muerto y la moto destrozada.

Cuando ascendí a Brigada tenía tres opciones de destino: Calatayud que ya lo conocía, Islas canarias que me resultaba demasiado lejos y Mallorca; después de consultarlo con los míos decidimos que no debía estar mal el elegido y así fue pues ya son más de 40 años trotando por estos lares donde ya hemos echado grandes raíces.
                       

                    DESTINO AL EVA 7

El motivo principal que me animó a pedir este destino fue el mar, la pesca, el clima y sus paisajes para poder seguir pintando y mejorando. El trabajo era muy llevadero pues no se estaba en equipos como en Villatobas: 3 días de mañana, 3 de tarde o noche y tres libres, no estaba mal pero aquí se hacía un solo turno de 24 horas, de modo que normalmente y dependiendo del personal era un día de servicio y seis o siete días libres. Esto era “JAUJA” un verdadero chollo para poder realizar todas mis actividades.
No os voy a contar nada sobre mi vida artística porque todo lo podéis ver en este blog


Este es mi blog como pescador furtivo y debo seguir con él, aún falta un buen trozo.
Lo primero que hice fue entablar amistad con los compañeros aficionados a la pesca, compañeros que vivían en la misma colonia y se supone que conocían bien el mar y sus

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