Del
corazón de los torrentes brota la vida, de la profundidad de los
embalses nace la calma.
Vida
y calma es el mejor premio obtenido por un pescador en una jornada de
pesca aparte de los trofeos logrados que no son precisamente las
copas y medallas sino las piezas capturadas, esos seres vivos que son
apartados de su ambiente natural en contra de su voluntad para que el
pescador disfrute y aunque no lo crean, él también sufre al verla
agonizar en sus manos, es por ello, que en muchas ocasiones les
concede la libertad cuando aún hay remedio porque a veces al estar
atrapada y herida con el anzuelo ya no se le puede devolver la vida,
en tal caso a los pocos minutos moriría.
Para
un pescador no hay momentos mejores vividos que los pasados en las
inquietas aguas de los torrentes de montaña al acecho y captura de
una hermosa trucha, desde que la localiza o la intuye en el remolino
o remanso y la persigue hasta engancharla en su anzuelo; como las
horas pasadas a la orilla de un embalse o tranquilo lago con las
cañas lanzadas esperando la picada que nos avisa con el cascabel, la
lucha entre el animal y el hombre es lo más emocionante que pueda
existir para un pescador, notar los tirones que por la experiencia ya
sabemos su tamaño y con la fuerza que el animal intenta liberarse
luchando hasta la muerte.
Buscando en el lecho del río el lugar apropiado para desobar
Una preciosa trucha luchando por librarse del anzuelo que la ha atrapado
He
puesto este título al blog porque a pesar de ser un amante de los
animales y tenerles un gran cariño y respeto, he sido un “gran
furtivo” porque no he respetado las leyes y lo más
importante, no los he respetado a ellos, a la trucha, especie que en
gran parte he sido uno de los causantes de su extinción en los
embalses de la Serra de Tramuntana en Mallorca, por ello ahora me
siento muy arrepentido porque si en vez de pescar indiscriminadamente
sin control solo por placer lo hubiera hecho con deportividad y
respeto restituyendo las capturas a su hábitat natural, ahora habría
muchas más y todos podríamos disfrutar de ellas, o en todo caso
quedarse con alguna para disfrutar de su excelente sabor bien
condimentada.
Años
más tarde supe que una gran seguía allá por los años 80, dos años
sin llover arrinconaron a todo bicho viviente en la pequeña charca
que formaba la cabecera de los embalses hasta quedar totalmente secos
y los dejaron sin vida, esto alivió mis remordimientos y dejó
tranquila mi conciencia.
No
solo he sido furtivo en aguas dulces sino también en aguas saladas
de éstos mares mediterráneos donde existen prohibiciones que yo
tampoco respetaba por el solo afán de pasarlo bien con este
maravilloso deporte, posiblemente las sanciones por incumplirlas no
eran altas y por ello no las respetaba, tampoco mi furtivismo era
exagerado, pescar con palangres, nasas y pequeñas redes no era para
tanto y tampoco la cantidad de pescado que la mayoría de veces no
pasaba de los 8 o 10 kilos como máximo en una jornada incluyendo
pesca con caña, calado de redes y palangres y alguna pasada de
curricán, posiblemente nuestra inexperiencia no nos permitía
hacer grandes pescadas. Más delito era por aquellos tiempos los
pescadores deportivos como yo que en vez de pescar se dedicaban al
contrabando de droga, con sus pequeñas embarcaciones se acercaban a
los barcos nodriza donde les suministraban para después trasladar a
puerto en horas nocturnas e incluso a sabiendas de la Guardia Civil
que hacía la vista gorda a cambio de buenos sobornos, lo nuestro era
juego de niños comparado con otras cosas.
Desde
muy tierna infancia me viene la afición a la pesca, solo contaba con
ocho años cuando el hijo de nuestro vecino de dos años mayor que yo
me enseñó a fabricarme un artilugio de pesca con una rudimentaria
caña común, un simple hilo de coser y un alfiler doblado en forma
de anzuelo, el trozo de un corcho de cualquier botella hacía de
flotador.
Nuestras
fincas estaban separadas por el rió Aguacebas que nacía allá por
las altas cumbres de la Sierra de Las Villas y desemboca en el
Guadalquivir en la villa de Mogón, todos estos contornos estaban
plagados de trucha común además de animales de especies protegidas
en esta misma sierra y en la de Cazorla consideradas como parque
natural de la biosfera, también
existen especies endémicas como la insectívora Pinguicula
anlliisneriifolia. Entre la abundante
fauna destaca el ciervo,
el corzo
,
la cabra
móntes ,
muy amenazada en la actualidad, la nutria,el
turón.
la endémica lagartija de Valverde, el águila
real
y el halcón
peregrino
, las simpáticas ardillas, nutrias y
el lobo común.
Río Aguascebas zona alta, varias veces me lo he recorrido pescando barbos en la zona baja y truchas en la alta. El silencio y la paz que se respira en estos lugares es único y más cuando la jornada ha sido productiva
Una preciosa libélula, excelente bocado para la trucha
La nutria es un animalito normalmente de vida nocturna, dicen que si se come cazado en el agua su sabor es a pescado y por el contrario, si es cazado en tierra su sabor es parecido al del conejo.
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